La sudoración como consecuencia del ejercicio físico supone la pérdida de una gran cantidad de agua, por tanto es esencial que tengamos una adecuada hidratación.
El agua tonifica nuestro organismo además de ayudar al cuerpo a utilizar los depósitos de grasa para eliminarlos por la orina. Además, ayuda a hidratar la piel y los músculos, reflejándose en una piel tersa y en un tejido muscular más firme y elástico.
Necesitamos unos tres litros de agua al día, de los que la mitad los obtendremos de los alimentos que ingerimos y la otra mitad bebiendo.
Es recomendable beber uno o dos vasos de agua nada más levantarse, así conseguimos una adecuada hidratación y ponemos en marcha mecanismos de limpieza del organismo.
Durante el ejercicio es conveniente beber pequeños tragos y frecuentes, sin esperar a tener sensación de sed, pues cuando aparece ésta, es que ya estamos deshidratados.
Con el ejercicio físico no sólo perdemos agua, sino también electrólitos ( sodio, cloro y potasio), los cuales debemos reponer al finalizar la actividad física a través de un preparado o una bebida que incluya dichos elementos.
punto importante,cuando tomamos agua,nuestro cuerpo tambien quema grasa,debido a que el organismo necesita adaptar el agua a niveles adecuados para que se ingieran,ejem,,tomamos el agua helada,y dentro de nuestro organismo se adapta,al calor necesario.,.,
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